miércoles, 12 de octubre de 2011

En olor de multitudes

El otro día se hablaba en clase de la hipercorrección, y puse como ejemplo una locución que conviene conocer: en olor de multitudes, cuyo significado es 'con el aplauso popular, general'. Así decimos, por ejemplo, que "el Barça celebró la copa por las calles de Barcelona en olor de multitudes". 

Muerte de Santa Teresa, anónimo del s. XVIII.
Se dice que Santa Teresa murió
"en olor de santidad", por lo que olía a flores.
Puse este ejemplo ya que algunos han pensado que ese olor es una tergiversación de loor, que significa 'alabanza, aplauso', ya que no parece que el olor de una multitud (que no suele ser precisamente estupendo) pueda dar a entender el amor popular. Loor es una palabra no ya culta, sino cultérrima, y estos hablantes, en su afán por la pureza del idioma, hipercorrigen una locución perfectamente correcta.

Esto es así porque, en primer lugar, *en loor de multitudes no está documentada en ningún texto clásico, mientras que sí que encontramos la expresión sobre la que se calcó esta: "en olor de santidad". Así se decía que morían las personas que habían llevado una vida virtuosa y, de hecho, muchas fueron hechas santas, como Santa Teresa de Jesús, de la que se decía que, días después de muerta, su cuerpo olía a flores.

Temas de fe aparte, olor significaba también, según el Diccionario de Autoridades (1726-1739), la fama, la opinión o la reputación de ciertas cosas. Por eso un asunto nos huele mal, es decir, nos produce una mala opinión o tiene mala reputación. 

Sea como sea, en olor de multitudes es una expresión correcta, aunque a veces es utilizada por la prensa con demasiada frecuencia. 


Referencias: García Remiro, José Luis (2001). ¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario. Madrid: Alianza.

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